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viernes, 21 de diciembre de 2012

Homenaje a Manolo Tavarez y sus compañeros, caidos hoy hace 49 años


!!!!! UNA FLOR POR MANOLO TAVAREZ Y SUS COMPAÑEROS DEL 1963 !!!!!

!!!!! UNA FLOR POR MANOLO TAVAREZ Y SUS COMPAÑEROS DEL 1963 !!!!!

OFRENDA FLORAL A MANOLO Y SUS COMPAÑEROS DE GUERRILLA, ASESINADOS UN DIA COMO HOY, HACE 49 AÑOS, EN EL PARQUE A LOS HEROES DE JUNIO DEL 1969 EN LA AVENIDA PONCIO POU SALETA DE LOS JARDINES METROPOLITANOS DE SANTIAGO.

QUE CADA UNO LLEVE UNA FLOR

HORA: 5:00 PM
LUGAR:  PARQUE A LOS HEROES DE JUNIO DEL 1969
AVENIDA PONCIO POU SALETA
SANTIAGO

El señuelo que indujo a Manolo a rendirse

La República 22 Agosto 2010
 
 
   
LA MORAL EN ALTO
El señuelo que indujo a Manolo a rendirse
SE DIFUNDIÓ LA FALSA VERSIÓN DE QUE CUATRO HOMBRES DE SU AVANZADA HABÍAN MUERTO Y QUE SI EL RESTO SE ENTREGABA SALVARÍAN SUS VIDAS
  • El líder. Manolo Tavárez Justo anunciando su decisión de irse a las montañas.
Wendy Santana
Santo Domingo
Una información manipulada y una falsa garantía de su vida y la de sus compañeros en las montañas, si se entregaban, derrumbaron los años de lucha democrática de un líder cuyos ideales procuraban la justicia social.
Sólo los campesinos que fueron obligados a presenciar la masacre de guerrilleros ocurrida en Las Manaclas, el 21 de diciembre de 1963, conocen el pesar de Manolo Aurelio Tavárez Justo cuando intentaba convencer a los militares de que solo él era responsable de su insurrección en la montaña.
Los 16 hombres que lo acompañaban en ese momento cayeron baleados a sus pies, uno por uno, y ya no le quedaba voz ni fuerzas para morir de una forma digna frente a aquella escena desgarradora, cuando sólo quedaba él.
Convencido de que le habían mentido también cayó abatido junto a la gente que creyó en sus ideales revolucionarios, pretendiendo restablecer la Constitución del 63 que había sido anulada por el golpe de Estado contra el presidente Juan Bosch, dos meses antes.
Su instinto de combatiente lo hacía resistirse a la entrega solicitada por las autoridades, pero esos 16 hombres le pedían que se rindiera para poder salvar sus vidas.
Ese fue el momento decisivo.
Manolo se debatió entre el deber de un guerrillero de mantenerse firme y el dolor humano, y cedió.
A quienes prefirieron mantenerse en las montañas antes que rendirse al enemigo les permitió irse, y apoyó a los cuatro que, dispuestos a morir primero, decidieron presentarse ante militares armados para informar que el grupo había optado por capitularse.
José Daniel Ariza, Luis Peláez, José Crespo, Napoleón Méndez (Polón), y Rafael Reyes (Pitifia) desistieron de la entrega inmediata porque percibían que las intenciones de los militares golpistas eran contrarias a las expresadas a través de la radio por Manuel Tavárez Espaillat, del Triunvirato en el poder, prometiendo que se le respetaría la vida.
Leonte Antonio Schott Michel, Alfredo Peralta Michel, y Juan Ramón Martínez (Monchi), que optaron por ir en busca de la paz, murieron ondeando la banderita blanca; viendo por última vez su ropa manchada con la sangre del patriota caído.
Emilio Cordero Michel, que también sostenía la banderita blanca comandando el grupo de los cuatro que tenían la difícil misión, resultó ileso de las primeras ráfagas de dos militares armados de ametralladoras con los que se encontraron a las cinco horas de camino, lo que le permitió informar el propósito del encuentro.
Pero poco duró la ilusión de conseguir la paz que buscaban los compañeros de alzada, porque los fusiles no vacilaron en apuntar hacia los guerrilleros cuando se entregaron, y no valieron los esfuerzos de Manolo para que solo se ensañaran con él. Los mataron a todos.
Momento de conmoción
Juan Germán Arias Núñez (Chanchano), quien cuenta esta historia al equipo de investigación de LISTÍN DIARIO, encabezado por su director Miguel Franjul, no puede mantener la mirada firme cuando narra ese capítulo de su vida de guerrillero.
Rememorar el sacrificio de su comandante lo destruye.
Él formaba parte del frente que integraba Manolo Tavárez Justo, compuesto por 26 personas, y de los tres que se salvaron de morir junto a su líder porque habían salido rumbo al pueblo el 28 de noviembre del ‘63 en busca de comida, medicinas y frazadas, ya que las municiones se les había terminado.
Salvar su vida en ese momento resultó tan crucial como haber podido morir junto a Manolo, pues al ser vistos caminando circuló la falsa noticia de que los que salieron a buscar comida habían muerto y que el Ejército Nacional tenían al resto de los guerrilleros vigilados y a punto de ser capturados.
Esa noticia era un señuelo para que los que quedaban en las montañas entregaran sus armas y poder eliminarlos sin resistencia, humillándolos y desmeritándo los frente a los únicos que podían salvarles la vida: los campesinos.
Esto es lo que nubla el espíritu de Juan Germán Arias, quien a sus 67 años todavía sufre la pérdida del guerrillero que pretendía cambiar el mundo represivo que vivían los dominicanos tras el golpe de Estado del profesor Juan Bosch y devolverle al país la Constitución de las libertades públicas.
Han pasado 46 años de aquel día gris en que los campesinos de Las Manaclas, en San José de las Matas, presenciaron cómo mueren los héroes en el campo de batalla, y todavía Chanchano se siente conmocionado.
Pacto entre guerrilleros
La forma en que cayó su amigo Manolo Tavárez ha perdurado en su recuerdo de “torturas”, mucho más que cuando su piel temblaba al comprobar la dureza del látigo y todo su cuerpo se estremecía con la picana eléctrica que le aplicaron en enero de 1960 en la cárcel de La 40, por ser antitrujillista.
La misma sensación de impotencia sintieron los compañeros de Chanchano en la misión de buscar provisiones para continuar en las montañas, cuando vieron sus sueños perdidos con la caída de Manolo.
Fidelio Despradel, Marcelo Bermúdez, Juan Germán Arias y Domingo Sánchez Bisonó (El Guajiro) fueron los que salieron a cumplir esa tarea, producto de un acuerdo al que arribaron en una reunión que sostuvieron un día antes.
Chanchano señala que la imprudencia del Guajiro al querer ir a una pulpería, lo condujo a su muerte y a que los planes se quebraran.
“Él conocía todos esos campos, era nuestro guía porque conocía la ruta.
Pero de buenas a primeras dice que quiere entrar a una pulpería a orientarse porque se sentía perdido; lo identificaron como guerrillero ¡y ahí lo atraparon! El alcalde le dio una estocada y lo tiraron moribundo.
Antes de morir nos dijo: “...mátenlos a todos”.
“Fidelio, Marcelo y yo nos salvamos porque estuvimos en un ‘realismo fantástico’, como dice Gabriel García Márquez, donde la realidad es más fantástica que la misma fantasía. Todavía recuerdo cuando me pusieron la pistola aquí, en la frente, al capturarnos buscando provisiones. Ya habían matado a Manolo y a los otros; nos iban a matar a todos, pero nos llevaron presos”.
(+)
EL SACRIFICIO POR LA CONSTITUCIÓN DEL 63
GUERRILLA
Lo que hicieron Manolo Tavárez Justo y los demás hombres al irse a las montañas armados fue conformar una guerrilla para distraer a los militares mientras otros grupos preparaban en la capital las estrategias para restablecer el gobierno de Juan Bosch, tras el golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963. Una guerrilla es un frente armado, compuesto por miembros civiles que asumen un papel militar para sabotear.
GUERRILLEROS Fueron seis los frentes de oposición que se conformaron contra el Triunvirato (órgano político que condujo el destino de la nación tras el derrocamiento del presidente Juan Bosch), los cuales operaban en El Seibo, San Francisco de Macorís, Altamira, Bonao- San José de Ocoa, Sierra de Bahoruco y San José de las Matas, pretendiendo restaurar la Constitución que había hecho Bosch y en la que predominaba el respeto a la vida.
COMANDANCIAS Manolo Tavárez Justo y sus compañeros, todos miembros del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4) que combatía el régimen trujillista, iniciaron la alzada guerrillera el 26 de noviembre de 1963.
La habían anunciado en una Proclama al Pueblo días antes en la que todo el país se enteró de que había un combate constitucional y antigolpista, como resistencia por la revolución reinvidicadora de la libertad.
LOS CAÍDOS Manolo Tavárez Justo, Jaime Socias, José Cabrera, Juan Martínez, Jesús Barreiro, José Daniel Fernández, Rubén Díaz, Domingo Sánchez, Manuel de Js. Founder, Leonte Schott, Fernando Martínez, Antonio Filión, Canoabo Abel, Manuel de los Santos, Alfredo Peralta, Francisco Bueno, y Rubén Alfonso Marte Guazo.

martes, 18 de diciembre de 2012

Familia Caamaño llevarán a justicia a culpables crimen de Caamaño

Familia Caamaño llevarán a justicia a culpables crimen de Caamaño

BUSCAN SE CONOZCA TODA LA VERDAD SOBRE EL CASO DEL HÉROE DE ABRIL
ACUERDAN CONSULTAS LEGALES PARA SOMETER A LOS PRESUNTOS ASESINOS



  • El teniente coronel Francis Caamaño Acevedo, hijo del coronel Francisco Alberto Caamaño, y los hermanos de éste, Milagros y Freddy Caamaño Deñó, encabezaron el grupo de familiares que anunciaron el sometimiento a la justicia de los presuntos culpables del fusilamiento del Héroe de Abril, y las pruebas de ADN para identificar sus restos.
Ramón Urbáez
Santo Domingo
Los familiares del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó anunciaron ayer que adelantan gestiones y consultas legales para someter a la justicia a los responsables de su muerte la tarde del 16 de febrero de 1973. “Llevaremos a los tribunales a quienes ordenaron y ejecutaron el fusilamiento del coronel Caamaño”, dijo su hijo, Francis Caamaño Acevedo.
Añadió que se tienen pruebas de que su padre fue hecho prisionero por las tropas del Ejército que lo perseguían en las montañas de San José de Ocoa y que fue ejecutado criminalmente horas después.
Al mismo tiempo, las familias Caamaño Deñó, Caamaño Acevedo y Caamaño Grullón solicitaron al presidente Danilo Medina que designe una comisión oficial para que se realicen estudios de ADN que comprueben si realmente los restos enterrados en el Cementerio Nacional de la avenida Máximo Gómez corresponden al coronel Caamaño.
Toda la verdad sobre la muerte y los restos del coronel Caamaño debe ser conocida para tranquilidad del pueblo dominacano”.
Francis Caamaño Acevedo, hijo del coronel Caamaño Deñó.
“No nos oponemos a que estos restos sean llevados al Panteón Nacional, como dispone un proyecto de ley aprobado por el Senado de la República hace dos semanas, pero sí queremos que se confirme si son o no los huesos de mi padre para tranquilidad de la familia y del país”, dijo Caamaño Acevedo.
Con relación al enjuiciamiento de los presuntos responsables del fusilamiento del líder de la Guerra Constitucionalista de 1965, Fellita Caamaño Grullón, prima del coronel y hermana del ex guerrillero Claudio Caamaño Grullón, dijo que su pariente fue asesinado con saña. “Contra él se cometió un crimen de odio, porque lo que se le hizo sólo así puede explicarse”.
Recordó que testigos oculares afirman que a Caamaño no sólo lo fusilaron, sino que ordenaron quemar su cadáver, y que como no se quemaba le destrozaron la cabeza con ráfagas de ametralladoras, lo cortaron en pedazos y ordenaron que lo que quedara lo echaran en hoyos como comida de cerdos. “Esas órdenes fueron dadas por el general Milo Jiménez”, dijo Fellita, quien acompañó a Caamaño en sus primeros años de exilio.
La semana pasada el general retirado Juan Pou hijo reveló a LISTÍN DIARIO que el fusilamiento de Caamaño fue ordenado por el entonces jefe de las Fuerzas Armadas, almirante Ramón Emilio Jiménez Reyes, y que él fue testigo presencial cuando se dio la orden. “Yo me opuse y Milo Jiménez me dijo que no me metiera en eso”, dijo Pou.
“Yo no hablo mentiras, ni tengo por qué hacerlo después de tantos años. Yo estaba presente cuando dieron la orden y cuando empezaron a quemar el cadáver de Caamaño”, narró el general retirado Pou hijo, quien entonces era mayor de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD).
Los familiares de Caamaño se reunieron ayer sábado en la casa de su hermana Milagros Caamaño Deñó, del ensanche Evaristo Morales, para plantear los términos de una carta que le dirigieron al presidente de la República, Danilo Medina, relacionadas con los restos del coronel Caamaño y su posible traslado al Panteón Nacional. Así acordaron las consultas legales para el sometimiento de los presuntos asesinos.
El hijo de Caamaño, Francis Caamaño Acevedo, teniente coronel del Ejército, recalcó que con su padre se cometió un crimen que debe ser castigado por la justicia, porque se violaron las leyes del país y las convenciones internacionales sobre prisioneros de guerra. “Los responsables deben ser enjuiciados como prisioneros de guerra, como lo establece la Convención de Ginebra de 1949, sin que se alegue prescripción alguna, porque basado en esos principios se juzgan todavía a los criminales de la Segunda Guerra Mundial de hace más 70 años”.
El artículo 3 de la Convención de Ginebra precisa que los combatientes que hayan depuesto las armas y las personas puestas fuera de combate por enfermedad, herida o detención serán, en todas las circunstancias, tratadas con humanidad, sin distinción alguna de índole desfavorable. A este respecto, prohíbe, en cualquier tiempo y lugar: a) los atentados contra la vida y la integridad corporal, especialmente el homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los suplicios.
Pruebas de ADN
Sobre los restos del cementerio de la Máximo Gómez, las familias solicitaron al presidente Medina que constituya una comisión integrada por especialistas para que mediante las pruebas de ADN se aclare la incertidumbre que existe sobre las osamentas, y que entonces se trasladen al Panteón Nacional.
“Si son esos o no los restos, el país debe saberlo, porque el Coronel Caamaño se convirtió en el más grande de los héroes nacionales y prócer de la Patria en el pasado siglo XX y merece el homenaje del pueblo al que tanto amó y por el que se sacrificó hasta dar su vida”, dicen los famliares en una comunicación que enviaron al presidente Medina.
Según la carta, si se comprueba que esos no son los restos de Caamaño, entonces hay que exigir a quienes lo fusilaron que digan dónde lo enterraron, qué hicieron con el cadáver y dónde están las cenizas si es verdad que lo quemaron. “Eso hay que esclarecerlo, que no sigan pasando los años, porque aún están vivos casi todos los que participaron en el crimen”, dijo Milagros, la única hermana de los Caamaño Deñó.
Dijo que la familia no quieren que al Panteón Nacional se trasladen unos restos que no sean los de Caamaño, porque de lo contrario debería construirse un cenotafio para colocarlo en el Panteón Nacional. Un cenotafio es una tumba vacía, o monumento funerario erigido en honor de una persona, o grupo de personas, para los que se desea guardar un recuerdo. “La familia pide un cenotafio si no son los restos”, dijo la dama Caamaño Deñó.

Aparentemente una calle de Alma Rosa rinde honor a Balá un palero de Trujillo

 
Aparentemente una calle de Alma Rosa rinde honor a Balá un palero de Trujillo

domingo, 16 de diciembre de 2012


Aparentemente una calle de Alma Rosa rinde honor a Balá un palero de Trujillo

Los Paleros,  formed by Petán Trujillo to terrorize the opposition     TRUJILLO
Paleros.

José Antonio Jiménez era Balá
Una calle de Alma Rosa, en Santo Domingo Este, rinde homenaje al “tristemente célebre” jefe de los paleros, quien en los meses posteriores al trujillicidio dirigió una banda de malhechores que reprimía a luchadores antitrujilistas
Escrito por: ÁNGELA PEÑA (a.pena@hoy.com.do)
El nombre de “José Antonio Jiménez”, que lleva una avenida de “Las Palmas de Alma Rosa”, debería ser eliminado y colocar en su lugar el de un patriota de los que en 1961, al ser eliminado Trujillo, resistieron los intentos de Balaguer y de Ramfis por evitar el final de la dictadura.
Alejandro Paulino Ramos formuló esa propuesta porque, según sus investigaciones, la calle rinde homenaje al “tristemente célebre” jefe de los paleros apodado “Balá”, calle_jose_antonio_jimenezquien en los meses posteriores al trujillicidio dirigió una banda de malhechores que reprimía a luchadores antitrujilistas. Se le acusó de incendiar Radio Caribe y atribuirlo a miembros del Movimiento Popular Dominicano, entre los cuales resultaron muertos y heridos cuando el pandillero asaltó su local en la avenida Duarte.
El subdirector del Archivo General de la Nación, quien residió en esa zona y conoció al temible bandolero que se autoproclamaba “El patriota”, fue informado de que la designación es obra de una abogada que fue prominente trujillista, miembro destacada del Partido Dominicano y amiga de “Balá”, a quien ocultó en su residencia en 1966 cuando éste fue libertado de la cárcel por una presunta llamada del presidente Héctor García Godoy al jefe de la Policía Nacional, Hermán Despradel Brache, que el mandatario desmintió. Entonces también fueron liberados Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Mayeta (Manota), Néstor Antonio Pérez Terrero y Ciriaco de la Rosa Luciano, acusados de asesinar a las hermanas Mirabal. García Godoy ordenó la recaptura de todos pero ninguno fue reapresado.
Paulino Ramos significó que la amiga de Jiménez era la dueña de los terrenos donde está la cuestionada vía, “los dividió en solares y puso nombres a las calles. La principal la bautizó “José Antonio Jiménez”. Comenzó a vender en 1972, momento, añade, “en que se estaba inaugurando la “San Vicente de Paul”, lo que dio valor a esas tierras. Agrega que la señora vivió y ejerció en la zona y que todavía están allí su residencia y el bufete de abogados.
En 1972 y 1973 no hay resolución del Ayuntamiento del Distrito Nacional avalando la denominación. El historiador pidió que el Concejo de Regidores investigue “y si sus hallazgos coinciden con las explicaciones que estoy dando, que actúe en justicia”.
Paulino Ramos describe la trayectoria de “Balá”, hasta su muerte, en un libro sobre historia política contemporánea que tiene en preparación.
Es posible que si realmente se trata de “Balá”, haya pasado inadvertido porque pocos conocieron al presunto homenajeado por su nombre, sino por el apodo. “¿Cómo estableció Alejandro Paulino Ramos que se trata del “tristemente” recordado palero?
“A través de consultas con personas de esa época que vivieron en el barrio en el que también tuve mi domicilio. Además de que es muy coincidente que él viviera en esa casa, en ese sector, y fuera amigo de quien señalizó las calles. Creo que ese nombre no se lo puso el Ayuntamiento y me gustaría saber si es a otra persona, con igual identificación, a la que se reconoce”, respondió.
Aclaró que no se refiere a la parte de los terrenos ocupada en abril de 1965 “desde la calle “César Linval” hasta la Carretera de Mendoza” sino a la restante. Manifestó que es una arteria “bastante larga, pero sólo lleva el nombre “José Antonio Jiménez” desde la San Vicente de Paul hasta la Carretera Mella. Ahí comienza el barrio “La 40”, de Los Mina.
Trágico final de “Balá”. Alejandro Paulino consigna que “Balá” vivió en lo que es hoy “Las palmas de Alma Rosa” en 1963 y que en 1961 su morada estuvo en la calle “Enriquillo”, de Villa Francisca. Entonces pertenecía al Partido Dominicano y por esa condición recibía comida para repartir a pobres. Tenía un taller de ebanistería. A partir de julio de 1961 preparó en el negocio los garrotes con que azotaba a los opositores a los remanentes del trujillato. Andaba en un camión que rezaba: “Aquí están Balá y sus 200 hombres”, recuerda.
El funesto personaje atacó a manifestantes de los primeros mítines por la democracia, entre ellos el muy concurrido del PRD realizado en el parque “Colón”. “Balá y sus paleros arrastraban sin compasión a los heridos. Su lugarteniente era Virgilio Martínez, mejor conocido como “Quinielita”, y además se encontraban otros como Pedro Vásquez, Eduardo Pérez Miniño, Domingo Figueroa, Pascasio García, Rafael Antonio Félix Báez, Agustín Berroa, Rafael Arias Richardson y Fernando A. Jiménez Herrera”, apunta Paulino en el texto inédito.
El 12 de febrero de 1963, “Balá” fue condenado a diez años de prisión acusado de “asociación de malhechores, incendio voluntario contra propiedad privada, porte ilegal de armas de fuego y propinar golpes y heridas voluntarias mientras dirigía el grupo Los Paleros”. Había sido apresado el día anterior, precisamente “en los alrededores del ensanche Alma Rosa, de esta ciudad”, se publicó.
Lo pusieron en libertad la noche del 6 de febrero y Despradel Brache declaró que la voz que le dio la orden por teléfono era “muy parecida” a la del presidente García Godoy.
Paulino Ramos asegura que Balá se movía libremente desde que Balaguer asumió el poder. “Volvió a su trabajo de ebanistería y se mudó a la calle “Seibo” 146 donde también instaló un taller”, declaró.
Entonces inició el reclamo de unos solares de su propiedad ubicados en la calle “Doctor Betances” esquina Barahona” que habían sido ocupados por las turbas a finales de 1961, narró el bibliotecólogo, y agregó que “Balá” se enemistó con un hijo, Víctor Antonio Jiménez, residente en esas tierras, porque supuestamente no las defendió. “Se decía que lo maltrataba y le decía que no debía llevar el apellido, pidiéndole que abandonara la vivienda”.
El muchacho, según datos de Paulino, pertenecía al MPD, “y aseguran que participó en la conjura para dar muerte a Balá”, lo que, aclara, “no he confirmado”. Pero fue apresado cuando mataron a “Balá” el 7 de diciembre de 1968, en la calle “Seibo”. Estaba junto a otros dos hijos pequeños cuyas fotos se publicaron entonces.
Un “Comando Clandestino Revolucionario “Miguel Fortuna” se responsabilizó de la muerte.
La calle
La avenida que supuestamente reconoce la infausta memoria de “Balá” nace en la calle “Primera” de “Las palmas de Alma Rosa”, atraviesa la “San Vicente de Paul” y se extiende hasta el “Reparto Alma Rosa”.

Silla de tortura de La 40


miércoles, 5 de diciembre de 2012

Expediente de la extradición de Ramfis prueba asesinatos de ajusticiadores de Trujillo


CRÍMENES DE LA DICTADURA
Expediente de la extradición de Ramfis prueba asesinatos de ajusticiadores de Trujillo
SIRVIÓ DE BASE PARA UN LIBRO QUE PONDRÁ A CIRCULAR HOY EL MUSEO DE LA RESISTENCIA CON EL TÍTULO "EL CRIMEN DE LA HACIENDA MARÍA"
Jesús Sanchis | EFE
Santo Domingo
Un expediente obtenido por investigadores dominicanos ha sacado a la luz el asesinato de seis de los hombres que intervinieron en el plan para matar al gobernante dominicano Rafael Trujillo (1930-1961), una historia conocida, pero de la que hasta ahora no se habían hallado pruebas documentales.
El expediente acredita que la ejecución de Trujillo, considerado uno de los más crueles dictadores de América Latina, fue vengada en noviembre de 1961 por su hijo Ramfis, quien, junto a varios colaboradores asesinó a tiros a los seis hombres, capturados por su participación en el plan para asesinar al jefe del Estado.
El Museo Memorial de la Resistencia Dominicana ha recuperado el expediente de extradición de Ramfis y sus colaboradores en la masacre y lo presentará hoy, en forma de libro, con el título "El crimen de la Hacienda María", que alude al lugar donde fueron asesinados los seis conjurados, quienes gozan de la consideración de héroes nacionales.
La extradición del grupo nunca llegó a solicitarse a España, donde se refugiaron los cuatro prófugos, pero el expediente tiene interés porque recoge los hechos, que culminaron el 18 de noviembre con el asesinato y posterior desaparición de Pedro Livio Cedeño, Salvador Estrella Sadhalá, Luis Manuel "Tunti" Cáceres, Modesto Díaz, Roberto Pastoriza y Huáscar Tejeda.
La solicitud de extradición se dirigió contra Ramfis; Gilberto Sánchez Rubirosa; Fernando Sánchez hijo y Luis José León Estévez, pero el expediente desapareció y hasta hace poco no ha sido posible su recuperación, gracias a la labor del museo, cuya directora, Luisa de Peña, destacó el valor de los documentos, que han sido registrados por la Unesco como "Memoria del Mundo".
"La verdad siempre sale a la luz. Siempre hay alguien que cuenta, alguien que sabe, siempre queda un rastro", declaró a Efe De Peña, quien subrayó el derecho de los familiares de las víctimas "a saber qué pasó".
La responsable del museo dijo que tras conocerse la intención de la institución de hacer público este expediente sus responsables han recibido presiones y amenazas de familiares de personas que aparecen en él.
Los documentos revelan que en aquella jornada de noviembre de 1961 Ramfis y sus colaboradores mataron uno a uno a los conjurados, a quienes previamente habían sacado de la cárcel con el pretexto de llevarlos a participar en una diligencia sobre la investigación de la ejecución de Trujillo.
El plan incluyó también el asesinato de tres delincuentes a quienes se vistió de policías y cuyos cadáveres fueron colocados en el autobús en el que fueron trasladados los seis héroes para simular que éstos los habían matado y habían huido, según cuenta en la introducción del libro el historiador Franklin Franco.
El investigador alude, además, al papel del entonces presidente Joaquín Balaguer, de quien dice que "dejaba al hijo del tirano hacer y deshacer y además, guardaba silencio".
Luisa de Peña añadió al respecto que Balaguer conocía los planes de Ramfis y aun así garantizó la vida de los detenidos 24 horas antes de su muerte y desaparición. "Si Ramfis fue autor material, Balaguer fue cómplice", dijo a Efe la museóloga.
Uno de los personajes que aparecen en el expediente es Dante Minervino, quien narra en su declaración, "con frialdad que espanta (...) los últimos momentos de vida de los mártires de la hacienda María", revela el historiador.
Para este investigador, el expediente, que contiene "pasajes verdaderamente terroríficos", es "una pieza clave donde se describe uno de los capítulos más angustiosos de la vida nacional" y se refleja "con toda claridad el ambiente de absoluto desenfreno vandálico" que reinaba en el país en esa época.
La Federación de Fundaciones Patrióticas, a la que pertenece el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, señala en el libro que el objetivo de su publicación es "fortalecer la conciencia histórica" de la nación sobre estos hechos, acerca de los que "se han construido versiones que confunden y rayan en lo fantasioso".
La recopilación de documentos, de 500 páginas, reproduce declaraciones, interrogatorios y testimonios, actas, oficios, mandamientos de prisión, fotografías y documentos personales de los extraditables, así como el auto en el que el juez Simón Bolívar Scheker solicita al Ministerio Público la extradición, nunca tramitada.